Una propuesta para el debate lúdico en periodo de año nuevo: la ceremonia de los Premios Óscar de 1995 tuvo el mejor quinteto histórico de candidatas a la mejor película del año (sigue sin convencerme el formato actual de nueve candidatas). La lista de películas que no ganaron el Óscar es el mejor testimonio: no ganaron ni Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption), ni Pulp Fiction –estas dos películas están en la mayoría de los listados de las mejores películas de la historia–, ni Cuatro Bodas y un Funeral, ni Quiz Show: el dilema. Han pasado ya 25 años y todas ellas son películas que retienen actualidad y que relanzaron o consolidaron la trayectoria de la mayoría de sus directores y principales actores. Tiene algo de rebuscado y es probablemente superfluo extraer elementos de estas películas que puedan utilizarse para consideraciones de política económica, pero ¿por qué no? Se puede intentar, al menos anecdóticamente.
Entre otras cosas, Cadena Perpetua es un ejemplo de cómo afrontar el cambio y las adversidades en la vida. En una famosa escena, Red (Morgan Freeman) explica cómo el bibliotecario Brooks (James Whitmore) no sabe enfrentar su puesta en libertad porque, tras 50 años en la cárcel, se había “institucionalizado”. El ejemplo positivo es Andy Dufresne (Tim Robbins) que se va adaptando a los múltiples reveses a los que se enfrenta tratando de sacar el máximo partido a cada situación. Se puede establecer un vínculo con las distintas transiciones estructurales (medioambiental, tecnológica, economía del conocimiento) a las que están sujetas las economías y la necesidad de que los agentes y las políticas económicas se adapten a ellas, incluyendo aspectos como: políticas redistributivas que protejan a los individuos y grupos que se ven más afectados por el cambio, la importancia de elevar los niveles de educación y de una formación continua para adaptarse a tipos de trabajo y tareas cambiantes, o revisar los objetivos de las políticas macroeconómicas.
Sobre Pulp Fiction, resulta interesante el origen del título de la película: las revistas baratas hechas con papel de mala calidad a base de desechos de pulpa de madera (pulp) que se comercializaban en la primera mitad del siglo XX y que se asociaba a literatura de ficción de baja calidad aunque de gran acceso al público general, de hecho, en inglés, el término pulp fiction se puede usar como sinónimo de escritura sensacionalista. Ya en el primer quinto del siglo XXI estamos viviendo un fenómeno similar mucho más peligroso, en la época de las redes sociales y la rápida y masiva propagación de las noticias falsas. La política económica se enfrenta así al reto de implementarse en una era post-factual donde priman las percepciones. En este contexto, adquiere especial importancia la capacidad de persuadir a los ciudadanos de la importancia las políticas económicas. La gestión e implementación de las políticas exige una buena comunicación y una explicación clara de las mismas para garantizar su propio éxito.
En Cuatro Bodas y un Funeral, el principal problema que enfrentan Carrie (Andie McDowell) y Charles (Hugh Grant) es el de la sincronización. Se van cruzando a lo largo de los años, pero nunca en el momento oportuno. En política económica también es muy relevante aplicar las políticas en el momento adecuado. Por ejemplo, las políticas macroeconómicas se enfrentan a una serie de retrasos entre el surgimiento del problema (cambio de ciclo o inflación) y el momento en el que las políticas surten efecto, incluyendo los retrasos de: reconocimiento de la fase del ciclo, decisión e implementación legal o transmisión y efectividad de la política sobre la economía real. Por tanto, hace falta anticiparse al ciclo y en este contexto se entienden desarrollos recientes como las nuevas políticas macroprudenciales o como la denominada política de forward guidance de los bancos centrales, que intenta dar indicaciones sobre la orientación futura de la política monetaria en función de las perspectivas de inflación y crecimiento. Actualmente, en Europa el debate se centra en el tipo de ciclo al que nos enfrentamos (desaceleración, estancamiento secular) lo que condiciona el tipo de política a aplicar.
Quiz Show es la película basada en la historia de Charles Van Doren, el profesor de la Universidad de Columbia que participó entre 1956-57 en la trampa del concurso de conocimientos generales de la NBC, Twenty One, recibiendo las preguntas y sus respuestas de antemano. Van Doren explicó sus dificultades para liberarse del dinero y la fama y un relato vital de comparación con un entorno familiar intelectual de éxito y en el que se autoconvencía de que su popularidad tenía un efecto positivo sobre la actitud nacional hacia el mundo académico. Se puede establecer un vínculo con la teoría de la felicidad, en la que la felicidad evaluada (la historia que nos contamos de nuestra vida) es engañosa frente a la felicidad realmente experimentada. Como en todo relato, más que la fidelidad de la descripción, el valor reside en el impacto y la consistencia interna, de forma que tendemos a centrarnos en los momentos significativos y en los finales de las experiencias, sin tener en cuenta el tiempo que les hemos dedicado. Como veíamos, la consideración de la felicidad puede tener implicaciones importantes de política económica en términos de desmitificación del crecimiento y de poner un mayor énfasis en las políticas concretas que afectan al día a día de los ciudadanos (como la salud, la educación, la calidad del entorno laboral o las infraestructuras urbanas).
Ganó Forrest Gump (no era mi favorita) sobre la que se ha establecido, por ejemplo, un interesante vínculo con los valores del capitalismo (en su visión protestante). Forrest Gump (Tom Hanks) personificaría los valores necesarios para el éxito en el mercado en las distintas actividades que emprende a lo largo de su vida como la creación de la Bubba Gump Shrimp Company (perseverando a pesar del fracaso inicial y de la tempestad): la dedicación y trabajo duro, la valentía y asunción de riesgos, el optimismo y la esperanza en el futuro, pero también la frugalidad y el sentido de justicia (dando su parte del negocio a la familia de Buba, muerto en la guerra de Vietnam antes de iniciar la empresa). También es interesante la muy famosa analogía sobre la vida como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar. En efecto, el azar es determinante en nuestra vida y muchas decisiones se toman en contextos de incertidumbre, de forma que el marco neoclásico de las expectativas racionales de individuos maximizadores con información perfecta no es real. En contextos de incertidumbre, la estrategia de satisfacer es más “racional” que la de maximizar (tanto a nivel individual, como de empresa o de país).
Por cierto, por poco no fue también el año de Belle Époque (ganó el Óscar a la mejor película en lengua extranjera en 1994). Habría sido redondo.
Todo lo mejor para 2020.