Han pasado ya cuatrocientos días desde el inicio de la invasión de Ucrania. Hace unos meses escribíamos que las sanciones clave para terminar la guerra eran las tecnológicas, porque, aunque Rusia pudiese seguir recibiendo ingresos (preferiblemente, cada vez menos), sin tecnología jamás podría ganar la guerra.
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Oligopolios en el comercio mundial
La defensa del sistema de asignación de recursos por el mercado parte de una premisa fundamental: que hay múltiples agentes económicos que compran y venden y ninguno tiene capacidad de influir sobre el precio (que resulta entonces un buen indicador de la escasez relativa). La teoría, ya se sabe, es muy bonita, pero muchas veces las cosas no son así.
Tres liderazgos, tres amenazas para la economía mundial
Ahora que se aproxima un otoño que se prevé caliente, al menos desde el punto de vista geopolítico, conviene hacer algunas reflexiones sobre la situación económica mundial.
El mito de Alemania
El inconsciente es muy poderoso. Durante décadas el nombre de Alemania ha estado asociado en el imaginario colectivo mundial a la seriedad y a la profesionalidad: eficiencia productiva, tecnología de primera línea, líderes políticos que dicen la verdad a sus ciudadanos, formación profesional impecable, sindicatos responsables, debates televisivos de calidad, control de las finanzas públicas…
Ucrania, la estrategia y la logística
Omar Bradley, el último general de cinco estrellas del ejército estadounidense, solía decir que, al discutir sobre la guerra, los aficionados hablan de estrategia y los profesionales hablan de logística. Y tenía razón: la sostenibilidad de las guerras depende en gran medida de complejas cadenas de suministro que exigen una economía nacional sólida y operativa. Y, pese a lo que algunos piensen, la logística rusa no está ni mucho menos garantizada.
La guerra de Ucrania y el orden económico internacional
Al igual que la gripe de 1918 fue oscurecida por la I Guerra Mundial, la pandemia de COVID-19 va a ser eclipsada por la invasión de Ucrania. Y ahora, como entonces, el conflicto tendrá un impacto considerable sobre el diseño del sistema económico internacional, principalmente en cuatro grandes ámbitos: el sistema internacional de pagos, el uso de monedas de reserva, la cotización de energía y materias primas y las instituciones económicas y financieras internacionales.
La invasión de Ucrania bajo Trump
Noviembre de 2021. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al cumplirse un año de su reelección, anuncia que Estados Unidos abandonará la OTAN en los próximos años. La noticia cae como una bomba entre los aliados europeos, aunque no puede decirse que no se veía venir: Michael Bolton, exasesor de seguridad de Trump, ya había advertido en sus memorias que Trump había estado a punto de anunciarlo en una cumbre de 2018, y que probablemente lo haría en un segundo mandato. A fin de cuentas, Trump había calificado a menudo a la OTAN de institución “obsoleta”, y criticaba abiertamente a sus socios europeos por no cumplir el compromiso de invertir en defensa el 2% de su PIB antes de 2024 (como se acordó en la Cumbre de Gales de 2014). “Muchos países nos deben una enorme cantidad de dinero desde hace muchos años” –decía– “y por lo que a mí respecta son unos morosos, porque Estados Unidos ha tenido que pagar por ellos”.
Invadir Europa en primavera
En 2015 Garry Kaspárov, excampeón del mundo de ajedrez, publicó un libro titulado “El invierno se acerca” (Winter Is Coming), en el que advertía del progresivo descenso de Rusia hacia un peligroso autoritarismo. El libro, que llevaba por subtítulo “Por qué hay que frenar a Vladimir Putin y a los enemigos del mundo libre”, pasó relativamente desapercibido en Europa y ni siquiera se tradujo al español. El pasado 24 de febrero, horas después de que las tropas rusas entraran en Ucrania, Kaspárov publicó un tuit de reflexión a modo de Casandra desconsolada: “No puedes evitar la batalla contra el mal: tan sólo puedes retrasarla mientras va subiendo el precio”.