El empleo sostenido por las exportaciones de bienes y servicios al resto del mundo en la UE creció nada menos que un 67% desde 1995 hasta 2011. El caso español resulta destacable, ya que el crecimiento se duplicó, dando soporte a 1,6 millones de puestos de trabajo en España en 2011. Dada su importancia, en una reciente publicación [1] quisimos explorar dos ideas claves en la composición de las exportaciones de servicios y su contribución al empleo. En primer lugar, la comerciabilidad de los servicios y, en segundo lugar, la “servificación” de las actividades industriales. Se entiende por “servificación” la incorporación de servicios (por ejemplo diseño, software etc.) en la producción de bienes industriales. Esta realidad supone que las exportaciones de bienes industriales incorporan también exportaciones indirectas de servicios, lo que se ha denominado exportaciones de servicios en modo 5, en una referencia directa a los modos tradicionales de suministro del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). Del tratamiento específico de los servicios de modo 5 se derivan reflexiones relevantes de política comercial que ayudarían a enmarcar y adaptar la regulación sobre el comercio internacional al creciente cambio tecnológico.
Nuestro análisis parte de trabajos anteriores; cabe destacar Arto et al. (2015) [2], en el que se demuestra la importancia que las exportaciones de servicios tienen sosteniendo el empleo en la UE y, en particular, en España, llegando a ser de 11 millones de empleos y medio millón, respectivamente. Sin embargo, si tenemos en cuenta los servicios en modo 5, vemos que éstos representan el 40% del empleo total sostenido por las exportaciones de los sectores primarios y de manufacturas de la UE al resto del mundo (en 1995, éste era de un 31%). En España la cifra es aún mayor, y llega a un 44% en 2011, frente a un 35% en 1995. En otras palabras, el 25,7% del empleo total sostenido por las exportaciones, 8 millones de puestos de trabajo en la UE [3] [4] están ligados a las exportaciones que incorporan servicios que se utilizan como factores de producción para la fabricación de bienes finales. En el caso de España, las cifras son mayores, llegando a ser de un 30%. Estas actividades de servicios provienen fundamentalmente del sector de “Otras Actividades Empresariales” [5], comercio minorista y mayorista.
La importancia de las exportaciones de servicios de modo 5 varía ampliamente de un sector a otro. En 2011, la “servificación” del empleo sostenido por las exportaciones osciló entre el 29% de la industria textil y alrededor del 60% en las industrias química y energéticas. En el caso de España, la oscilación es desde el 34% en las industrias del cuero y de la madera a casi el 70% en las industrias energéticas. Esta heterogeneidad sectorial justifica amplias diferencias entre los Estados miembros: la contribución de las exportaciones de servicios de modo 5 al empleo total sostenido por las exportaciones en 2011 osciló entre el 6% en Chipre y Luxemburgo y el 38% en Francia. Además, hemos observado que desde 1995 la importancia relativa de los servicios de modo 5 para el empleo sostenido por las exportaciones de bienes ha aumentado en todos los Estados miembros de la UE, aunque de manera muy desigual. Ha aumentado en más de 15 puntos porcentuales en países como Letonia y Eslovaquia, pero mucho menos en Irlanda, Chipre, el Reino Unido, Luxemburgo y la República Checa. En el caso de España, el incremento fue de 9 puntos porcentuales (del 35% al 44%, tal como se mencionó anteriormente).
La relación entre las exportaciones tradicionales de servicios bajo el ACGS y las exportaciones de servicios de modo 5 no es sencilla. Por un lado, encontramos una relación inversa entre ambas en relación con el empleo sostenido por las exportaciones en toda la UE. En 2011, los Estados miembros en los que los puestos de trabajo vinculados a las exportaciones de servicios bajo el AGCS representan una mayor proporción sobre el empleo sostenido por todas las exportaciones de la UE son, a su vez, aquellos en los que los empleos sostenidos por los servicios de modo 5 representan la menor contribución. Esta relación parece haber estado acentuándose desde 1995. Por otro lado, sin embargo, hay también evidencia que sugiere una relación complementaria entre una mayor “servificación” de la producción de bienes a exportar y la capacidad de sostener más empleos en las actividades industriales. Esto parece respaldar la opinión de que la “servificación” de las industrias manufactureras no ha llevado a socavar el empleo base de las actividades industriales en Europa. Por el contrario, podría contribuir a sostenerlo.
Sin embargo, una inspección más detallada de la evolución en los cuatro mayores Estados miembros de la UE demuestra que los factores específicos de cada país desempeñan también un papel importante. Mientras que en Italia (y en menor medida en Francia) parece que una relación complementaria se mantiene entre 1995 y 2011, en Alemania el empleo manufacturero sostenido por las exportaciones se ha mantenido a pesar de la bajada en términos relativos de la “servificación” de las exportaciones de sus productos manufacturados durante el mismo período. Por el contrario, en el Reino Unido tanto los empleos en el sector manufacturero como en el sector servicios relacionados con las exportaciones de bienes al resto del mundo se han estancado y disminuido (respectivamente), lo que sugiere que en dicho país (junto con Suecia y Dinamarca) su mayor especialización en servicios exportados dependa cada vez más de las exportaciones que se sitúen bajo el régimen del AGCS, estando progresivamente más separado de la actividad industrial de base propia.
Este análisis no deja dudas de que el modo 5 se ha convertido en una parte importante de los intercambios transfronterizos de servicios. Sin embargo, esta es una realidad que ha sido ampliamente omitida de la presente reglamentación internacional. Sólo un pequeño subconjunto de servicios de modo 5 están actualmente cubiertos bajo reglas específicas de la Organización Mundial del Comercio (artículo 8 del Acuerdo de Valoración en Aduana de la OMC) y recogidos en el último Manual de Estadísticas de Comercio Internacional de Servicios (MSITS 2010), ofreciendo un trato de franquicia arancelaria bajo ciertas condiciones (por ejemplo, el diseño y servicios de ingeniería re-importados como consumos intermedios incorporados en un bien final bajo el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, y que a su vez fueron originalmente exportados bajo el marco del AGCS). Como resultado, la mayoría de los servicios de modo 5 pagan aranceles al cruzar las fronteras como parte incorporada a los bienes, aunque en algunos casos el mismo servicio pueda ser entregado por separado (por ejemplo, vía modo 1) y después incorporado posteriormente libre de impuestos en la importación del producto final. Este puede ser el caso, por ejemplo, de la producción de software a pesar de ser un insumo clave en una economía hoy en día cada vez más digital.
La pregunta obvia es entonces ¿cómo podríamos comenzar a abordar este asunto? Por ejemplo, ¿podrían extenderse las actuales normas de la OMC que abarcan solo parte del modo 5 y ser incluidas como parte de varias propuestas de política comercial (por ejemplo, para la facilitación del comercio de servicios, el comercio electrónico, etc.) con vistas a la 11ª Reunión Ministerial de la OMC? ¿Deberían los servicios del modo 5 estar específicamente presentes en negociaciones plurilaterales, como el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios (TiSA)? De forma alternativa, ¿puede acordarse un conjunto más ambicioso de normas coherentes relativas al modo 5 en un contexto bilateral como parte de acuerdos de libre comercio más amplios y de mayor alcance?
La respuesta es sin embargo menos evidente, ya que implica una serie de importantes consideraciones de política comercial, tanto a nivel multilateral como bilateral. Sin embargo, la evidencia existente demuestra claramente que los servicios del modo 5 han superado con creces las estrechas reglas comerciales que actualmente los rigen.
– José M. Rueda-Cantuche es Oficial investigador científico del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea
– Lucian Cernat es Economista Jefe de la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea
– Nuno Sousa es Economista de la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea
Las opiniones expresadas en este documento son solo responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente una posición oficial de la Comisión Europea.
Notas
[1] José M. Rueda-Cantuche, Lucian Cernat y Nuno Sousa (2017), “Trade and Jobs in Europe: The Role of Mode 5 Services Exports”, en revisión.
[2] El informe está disponible en: http://ec.europa.eu/trade/policy/in-focus/trade-and-jobs/ y en: https://ec.europa.eu/jrc/en/research-topic/economic-environmental-and-social-effects-of-globalisation.
[3] Además, los datos también muestran que esta “servificación” del empleo vinculado a las exportaciones de productos manufacturados está cada vez más extendida fuera de las fronteras de los países de la UE, ya que éstos dependen también de las cadenas globales de producción para sus insumos de servicios. En 2011, alrededor del 38% de los puestos de trabajo en otros países no europeos sostenidos por las exportaciones de productos primarios y manufacturados de la UE, se encontraban en el sector servicios.
[4] De forma agregada, las exportaciones de servicios de modo 5 también suman una parte considerable del total de exportaciones de la UE al resto del mundo en 2011 (sobre 414 mil millones de euros) en 2011.
[5] Este sector incluye: Actividades informáticas; Investigación y desarrollo; Actividades jurídicas, de contabilidad, teneduría de libros, auditoría, asesoría fiscal, estudios de mercado y realización de encuestas de opinión pública; consulta y asesoramiento sobre dirección y gestión empresarial, gestión de sociedades; Servicios técnicos de arquitectura e ingeniería y otras actividades relacionadas con el asesoramiento técnico; Ensayos y análisis técnicos; Publicidad; Selección y colocación de personal; Servicios de investigación y seguridad; Alquiler de maquinaria y equipo sin operario, de efectos personales y enseres domésticos; Actividades industriales de limpieza; Actividades empresariales diversas.
Referencias bibliográficas
Arto I., J.M. Rueda-Cantuche, A. F. Amores, E. Dietzenbacher, N. Sousa, L. Montinari y A. Markandya. (2015), “EU Exports to the World: Effects on Employment and Income”, Luxemburgo, Oficina de Publicaciones de la Unión Europea.
En colaboración con Agenda Pública, publicado el 15 de junio de 2017