El filósofo Stephen M. Gardiner explica magistralmente en su ensayo “La tormenta moral perfecta” cómo el cambio climático es seguramente el problema más complejo y más grave al que nos enfrentamos como Humanidad. El más complejo, porque impacta prácticamente a todas las disciplinas y pilares de nuestra sociedad. Desde nuestra propia seguridad física o psicológica hasta la política o la economía, todo cobra una nueva dimensión bajo el prisma del calentamiento global. Y el más grave porque está en juego nuestra propia supervivencia como especie. Además, la urgencia por mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, así como la necesidad de incorporar medidas para adaptarnos a sus impactos, tienen ambas profundas connotaciones éticas que añaden complejidad al problema.
Tres motivos para firmar el Acuerdo UE-Mercosur
El pasado 2 de diciembre, en el marco de la COP-28 de Dubai, el presidente francés, Emmanuel Macron, lanzó un mensaje muy negativo sobre la posibilidad de firmar el Acuerdo comercial entre la UE y Mercosur. Según Macron, el acuerdo perjudica “la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático” y “no es bueno para nadie”. Bueno, eso es lo que aparentemente dijo. Lo que realidad estaba diciendo que el acuerdo perjudica a los agricultores franceses y no es bueno para Francia.
El Brexit y los costes de la incertidumbre
Con independencia de cualquier consideración política, no existe ya ninguna duda del importante daño que ha sufrido la economía del Reino Unido como consecuencia del Brexit. El Centre for European Research estima que la salida de la UE ha hecho que el Reino Unido tenga un PIB un 5,5% inferior, un 7% menos de comercio de bienes y un 11% menos de inversión extranjera. Por negar, ya ni Nigel Farage niega el desastre (aunque, por supuesto, le echa la culpa a “los políticos”, como si la cosa no fuera con él).
Reglas fiscales: un debate demasiado estrecho
El debate sobre la reforma de las reglas fiscales sigue abierto, y falta ya poco tiempo para la reactivación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. España y toda la Unión Europea se juegan mucho en esta negociación, que no por importante no deja de ser una parte de un debate de mucho más calado sobre la gobernanza económica de la zona euro.
El riesgo de una guerra de materias primas
China acaba de establecer restricciones a la exportación de grafito como respuesta a los controles de exportación de semiconductores y alta tecnología por parte de Estados Unidos. Dichas restricciones se suman a otras recientes a la exportación de germanio y galio, y suponen un nuevo y peligroso paso en la guerra tecnológica. China es el mayor productor y exportador (y casi exclusivo refinador) mundial de grafito, un mineral esencial para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, lubricantes para maquinaria, petroquímica, aeroespacial y defensa.
No hay seguridad económica sin seguridad financiera
Gran parte del debate europeo de los últimos meses ha girado en torno al concepto de “seguridad económica”, un término difícil de definir pero que se ha vinculado fundamentalmente a la capacidad industrial y tecnológica.
La idea fundamental es que la Unión Europea no puede depender en exceso de materias primas o de tecnologías clave para su desarrollo que procedan de países no confiables o que puedan verse sujetas a disrupciones inesperadas.
Transición verde y tecnológica: costes y beneficios
Hay términos en inglés que son difíciles de traducir al español. “Compromise” no es uno de ellos (“transigir” quiere decir exactamente eso), pero hay más dificultades para encontrar un equivalente en español para “trade-off”. En economía, un trade-off entre dos alternativas implica que lo que se gana de una se pierde de la otra. Una disyuntiva no es exactamente eso, pues implica todo o nada. Compensación o intercambio (que sugieren los diccionarios) no tienen mucho que ver. Quizás contrapartida sea lo más cercano, aunque no incluye ese concepto de gradualidad.