En enero de 2017 la entonces primera ministra británica, Theresa May, dijo que el Brexit le daría al Reino Unido “la libertad de establecer tipos impositivos competitivos y adoptar políticas que atraerían a las mejores empresas del mundo”. Y añadió, amenazante: “Y si estuviéramos excluidos del acceso al mercado único, seríamos libres para cambiar las bases del modelo económico británico”. Allí surgió la idea de un “Singapur sobre el Támesis”, que resucita ahora para ensombrecer las negociaciones del Brexit.