Etiqueta: Nuevas tecnologías

Algoritmos, oligopolio y las Leyes de Asimov

Cada vez es más frecuente el uso algoritmos que utilizan nuevas tecnologías de gestión de datos para la fijación de precios y de las estrategias comerciales de las empresas. Más allá del enfoque tradicional centrado en los costes, estos algoritmos se basan en un conjunto amplio de información sobre la estructura de la demanda y la oferta y las preferencias de los agentes que actúan en el mercado. Como señala un reciente informe de la OCDE, la importancia e implicaciones de este fenómeno son aun en gran medida desconocidas.

Como pasa con casi todo, las nuevas tecnologías tienen su cara, a través de la mejora de la eficiencia del mercado –tanto por el lado de la oferta como por el lado de la demanda, aproximando mejor a las preferencias de los agentes–; pero también su cruz, de forma que los algoritmos pueden introducir nuevos fallos de mercado. Hay, en particular, una creciente preocupación entre las autoridades de competencia sobre su potencial impacto facilitando la colusión y los equilibrios de tipo oligopólico en los mercados. El reto para las autoridades de competencia pasa por adaptar su instrumental regulatorio a esta nueva realidad.

Fintech: el nuevo marco tecnológico de las finanzas

Fintech o FinTech (abreviación del inglés Financial Technology) se aplica con carácter general al uso de tecnologías de la comunicación y la información en la provisión de servicios financieros. Su definición es amplia y engloba tres elementos principales interrelacionados, que resulta útil distinguir: (i) la fintech como tecnología, es decir, nuevos procesos tecnológicos aplicados a los servicios financieros; (ii) los nuevos productos y servicios financieros derivados de estos y (iii) las fintech, empresas de servicios financieros que ofrecen estos productos con nuevos modelos de negocio.

En sí, la aplicación de nueva tecnología forma parte del crecimiento natural de las empresas –piénsese en los ordenadores, los cajeros automáticos o las tarjetas de crédito–. La novedad aquí es la proliferación de nuevas aplicaciones tecnológicas y, sobre todo, su potencial para modificar los agentes que actúan en el sistema financiero, con la posible entrada de pequeñas startups, pero también de grandes empresas tecnológicas, las techfin, con las consiguientes implicaciones para la regulación y la supervisión financiera –donde entran en juego las regtech, sucumbiendo ya al abuso del anglicismo abreviado en este sector–.

Apuntes sobre estancamiento secular (IV): Factores depresores de la demanda: los avances tecnológicos

Además de la demografía, que analizábamos en la entrada anterior de esta serie sobre el estancamiento secular, el progreso tecnológico también está teniendo un sesgo depresor de la demanda agregada en tiempos recientes. Esto es particularmente atribuible a la incidencia conjunta de dos variables: la digitalización de información y la interconexión generalizada de buena parte del planeta a través de Internet.

¿Un mundo sin dinero en efectivo?

En los últimos años el gobierno de España ha ido reduciendo el límite máximo de pagos en efectivo, de 2.500 en 2012 a 1.000 euros en 2016. En mayo de 2016 el Banco Central Europeo anunció que dejaría de emitir billetes de 500 euros. En noviembre de ese mismo año la India eliminó drásticamente (y de forma un poco caótica) sus billetes de alta denominación. El objetivo de estas medidas ha sido, como es sabido, reducir las posibilidades de fraude que proporciona el pago en metálico. Pero más allá de la lucha contra el fraude, algunos economistas han venido defendiendo la posibilidad de un mundo sin apenas efectivo. ¿Cuáles serían las ventajas e inconvenientes de esta decisión?

Uber y sus lecciones sobre la globalización

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Los economistas tenemos a menudo la mala costumbre de analizar los fenómenos económicos centrándonos sólo en el momento inicial y en el momento final, descuidando la dinámica del ajuste y a los ganadores y perdedores en el trayecto. El ámbito del comercio internacional es uno de esos fenómenos: la teoría económica defiende, en un raro caso de unanimidad, que el comercio internacional es generalmente beneficioso, aunque sería más apropiado afirmar simplemente que el proteccionismo es una política generalmente perjudicial (como quizás los estadounidenses, y por extensión el resto del mundo, tengamos pronto ocasión de comprobar). Pero los procesos de liberalización comercial generan en el camino ganadores y perdedores y fuertes debates sociales que no siempre se analizan bien pero que es preciso conocer y afrontar. El caso de la expansión internacional de Uber nos proporciona un buen ejemplo del que podemos extraer interesantes lecciones.