La economía española tiene una intensidad en I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) por debajo de los países de nuestro entorno. La I+D+i constituye un elemento central para el aumento de la productividad y el crecimiento a largo plazo, cuyo impacto queda englobado en el cajón de sastre que compone la productividad total de los factores (PTF, aquella ligada a factores distintos del trabajo y el capital). España arrastra un problema de baja PTF en la que también influyen otros elementos cuya debilidad analizábamos en otras entradas, como la calidad de las instituciones o la educación. Aquí se sintetizan algunos de los principales elementos de la fragilidad de la I+D+i en España, que suelen publicarse recurrentemente en distintos informes internacionales.