En menos de dos semanas se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. La geopolítica, una vez más, va a condicionar la economía mundial. Las encuestas están tremendamente ajustadas entre Harris y Trump, y cualquier resultado es posible. Como el sistema electoral estadounidense tiende a sobrerrepresentar a los estados poco poblados y el voto rural suele ser más conservador que el metropolitano, los demócratas están obligados a ganar en voto popular con un margen bastante elevado para poder alcanzar la presidencia.