Todo el mundo coincide en que Paul Romer, el economista americano pionero en las teorías del crecimiento endógeno, es un tipo brillante. Pero sus problemas como Economista Jefe del Banco Mundial, que han terminado por provocar su salida de la institución, demuestran que no siempre los tipos brillantes en el ámbito académico triunfan en ámbitos como el de la gestión o el de la política.