Etiqueta: Comercio internacional

Adversarios y enemigos en la guerra comercial

Gerald Ford, el presidente estadounidense que puso fin a la guerra de Vietnam, solía decir que durante su vida política “había tenido muchos adversarios, pero ningún enemigo”. Donald Trump, un presidente menos dado a los matices, señaló en una entrevista que la Unión Europea era un enemigo “por lo que nos hacen en el comercio”, para luego añadir: “China también es un enemigo económico, pero eso no quieren decir que sean malos, no significa nada; significa que son competidores, que quieren hacerlo bien, igual que nosotros queremos hacerlo bien”.

Menos aranceles y más impuestos progresivos

El gobierno estadounidense ha decidido recurrir a los aranceles como instrumento para mitigar los efectos negativos del comercio sobre su economía. Si dejamos a un lado la retórica mercantilista, la vulneración de las normas de la OMC y la estrategia negociadora del abusón, deberíamos aceptar que existe un problema. Varios estudios empíricos recientes muestran que la exposición creciente a las importaciones ha reducido el empleo y ha elevado la incertidumbre sobre las rentas salariales de los trabajadores. Los perdedores de la globalización se concentran en determinados sectores y regiones; y la verdad es que sus pérdidas están poniendo en cuestión la sostenibilidad del grado de liberalización comercial alcanzado por la economía mundial. Pero, ¿son los aranceles la mejor alternativa de política pública? ¿Es posible conciliar la apertura comercial y la protección de los trabajadores?

Por qué las guerras comerciales no pueden ganarse

Todo el que sabe de Historia o ha vivido una guerra –militar o comercial– conoce los costes de un conflicto. George Marshall, jefe del Estado Mayor del ejército estadounidense durante la II Guerra Mundial y primer militar en recibir el premio Nobel de la Paz, solía decir que “la mejor forma de ganar una guerra es evitándola”, es decir, fomentando la cooperación y las relaciones comerciales entre los países.

Quizás por eso Trump, que no sabe de Historia ni fue nunca a la guerra –se libró por los pelos de ir a Vietnam– habla a la ligera de un conflicto bélico con Irán o con Corea del Norte y se embarca en guerras comerciales de pésimo pronóstico. Al grito tuitero de “Las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”, ha impuesto aranceles sobre el acero y el aluminio a sus aliados tradicionales, la UE y Canadá, y ha iniciado una peligrosa e inevitable espiral de represalias comerciales.

El comercio moderno y la devaluación devaluada

El presidente de Estados Unidos Harry Truman dijo una vez que quería solo economistas mancos, porque todos los que tenía le decían siempre “on the one hand” (por un lado) y “on the other hand” (por otro). Si aún viviera se daría cuenta de que la economía moderna, cada vez más integrada a nivel mundial, tiene cada vez menos economistas mancos, y los que lo son es porque generalmente se resisten a considerar las derivadas cada vez más complejas de cada medida de política económica.

Esta complejidad se manifiesta especialmente en el ámbito del comercio internacional y sus precios relativos.

El Brexit y la Ley de la Gravedad

En 1687 el matemático inglés Isaac Newton publicó un libro en el que demostraba que los cuerpos celestes se atraían entre ellos con una fuerza que era tanto mayor cuanto mayor era su masa y menor la distancia que los separaba. La bautizó como Ley de la Gravedad y estuvo vigente muchos siglos, pero fallaba al explicar algunos fenómenos. Tuvo que ser otro genio como Einstein el que, ya entrado el siglo XX, demostrara que la gravedad no era realmente una fuerza intrínseca a los propios cuerpos, sino el efecto que la masa de estos producía en la curvatura del espacio-tiempo –al igual que una pesada bola de acero depositada en el centro de una red consigue hundirla y hace que otras bolas menores que se depositen después sobre esa misma red se precipiten hacia ella–.

Tecnología blockchain (III): casas de cambio y problemas del bitcoin

En entregas anteriores se ha descrito de forma muy somera el funcionamiento interno de una blockchain: el sistema criptográfico y el sistema de validación y los mineros, utilizando como referencia el bitcoin. Veremos ahora la interacción con otras monedas, es decir, el papel de las casas de cambio, para posteriormente tratar sobre la actual situación del bitcoin y sus problemas recientes.

Tecnología blockchain (II): la validación y los mineros

En la entrega anterior se hizo referencia al procedimiento de registro para participar en una blockchain sin necesidad de aportar identificación alguna y a la forma de generar las transacciones a llevar a cabo. Trataremos ahora sobre el procedimiento utilizado para validar las transacciones propuestas y para mantener su integridad una vez incorporadas a la blockchain, refiriéndonos concretamente al caso del Bitcoin. Dado el papel primordial que las funciones hash tienen en ambos aspectos hacemos inicialmente una breve referencia a las mismas.

Tecnología blockchain (I): sistema criptográfico

La tecnología de cadena de bloques o blockchain, bautizada como “máquina de la confianza” o trust machine, podría estar llamada a desempeñar un papel significativo en el funcionamiento de la economía, con un alcance aún por vislumbrarse. Esta tecnología permite albergar bases de datos públicas con acceso libre y anónimo de usuarios, registrando el historial de todas las transacciones, y manteniendo la integridad y confianza en los datos, sin una autoridad central que los valide.

De momento, su utilización más conocida son las criptomonedas como bitcoin, muchas veces vehículo de transacciones ilegales, lo que confiere una connotación negativa a la tecnología subyacente. Sin embargo, tiene un gran potencial para otro tipo de actividades como los registros de propiedad inmobiliaria, la propiedad de bienes de lujo o de obras de arte. Blockchain surge del desarrollo de la criptografía y está sustentada en técnicas de matemática avanzada. A lo largo de una serie de entradas describiremos su funcionamiento para proporcionar al menos una idea intuitiva de su potencial y limitaciones.

Más allá de la austeridad: hacia un New Deal global

“Insistir en que ‘no hay alternativa’ es un eslogan político anticuado. En todas partes la gente quiere lo mismo: un trabajo decente, un hogar seguro, un medio ambiente saludable, un futuro mejor para sus hijos y un gobierno que escuche y responda a sus preocupaciones: en realidad, quieren un acuerdo distinto al que ofrece la hiperglobalización”.

Estas palabras pertenecen a la introducción del Informe sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD (la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) publicado en septiembre de 2017 y que lleva por subtítulo “Más allá de la austeridad: hacia un New Deal global”, por lo que nos vemos obligados –por alusiones– a hacer un análisis del documento. Y el resultado no solo es de lo más interesante, sino que el Informe de la UNCTAD resulta ser uno de los documentos oficiales más atrevidos que hemos visto en los últimos años.