Cambiar de opinión

En 1924 John Maynard Keynes publicó un ensayo titulado “Política de inversión para compañías de seguros”, donde sostenía que las aseguradoras debían mantenerse en constante vigilancia y revisar ideas preconcebidas ante cambios en las circunstancias externas. Decía: “El inversor pasivo que adopta una actitud obstinada respecto a sus participaciones y se niega a cambiar de opinión, simplemente porque los hechos y las circunstancias han cambiado, es el que a la larga sufre graves pérdidas”.

El Informe Letta: renovarse o morir

El ex primer ministro italiano, Enrico Letta, recibió el encargo del Consejo Europeo y la Comisión de elaborar un informe sobre el estado del Mercado Único en la Unión Europea. El resultado de sus más de 400 reuniones en 65 ciudades europeas se acaba de publicar en un interesante documento de 146 páginas titulado “Mucho más que un mercado único”.

La encrucijada de la economía china

China creció un 5,2% en 2023. Tras ese buen dato coyuntural se ocultan muchas sombras estructurales y toda una encrucijada económica.

En primer lugar, hay sombras sobre las propias cifras.  Aunque nadie pone en duda que la economía creciera en 2023, impulsada por el consumo tras el fin de la política de Covid-cero, la inversión sigue mostrándose muy débil. La caída de los precios de un 0.3 no ayuda. El sector inmobiliario, tocado tras la crisis de Evergrande, sigue hundiéndose, con caídas continuadas de los precios de la vivienda nueva, de las ventas de inmuebles y de nuevas construcciones. Muchas entidades locales y una parte del sistema financiero han sido arrastrados en esa caída, aunque el gobierno central se resiste a un rescate para no fomentar la irresponsabilidad (una decisión que le puede costar cara). Algunos analistas apuntan a que el crecimiento real podría estar bastante por debajo de ese 5.2% anunciado.

El CETA y las PYMEs: impacto comercial a nivel de empresa

CETA: de las expectativas a la realidad

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la UE y Canadá (CETA) ha sido un acuerdo comercial muy visible y debatido en Europa. De hecho, sigue debatiéndose, como hemos visto con el reciente voto negativo en el Senado francés. Durante las negociaciones sobre sus posibles efectos, el CETA fue objeto tanto de esperanza (Kirkpatrick et al., 2011) como de crítica, entre otros aspectos, por su posible efecto negativo sobre las pequeñas empresas de la UE (Corporate Europe, 2016). Su impacto y, en general, el impacto de los acuerdos comerciales, ha sido ampliamente analizado. Sin embargo, dada la naturaleza integral de los TLC, sus efectos tienden a ser complejos y difíciles de cuantificar.

Crecimiento macro y micro

Imagínense ustedes que tienen un pequeño comercio con tres empleados. La pandemia de covid y la guerra de Ucrania –dos shocks de oferta de primer orden– han deteriorado gravemente la rentabilidad de su negocio. Por un lado, los costes de la electricidad se han disparado. El propietario del local le ha subido el alquiler (indexado por contrato a la inflación). Los tipos de interés han encarecido la hipoteca con la que financió la apertura de su tienda y los bancos se muestran cada vez más reacios a seguir financiando su circulante. Ha tenido que subir el sueldo a sus empleados y se ha visto obligado a elevar los precios de sus productos, pero muy poco, ya que tiene miedo de que sus clientes se pasen a la competencia. Llega a casa y en el telediario le dicen que la economía va muy bien, que ha crecido un 2,5% (bastante más que la media europea), y usted no entiende nada.

La economía sube, pero por un sendero peligroso

El Banco de España acaba de presentar sus proyecciones macroeconómicas para 2024-2026, y del documento parece extraerse un cauteloso optimismo. La institución ha revisado al alza sus perspectivas de crecimiento para la economía española en 2024 hasta el 1,9%, tres décimas más de lo que preveía en diciembre. Las buenas noticias son que la ralentización de la economía europea no va a más, la inflación parece moderarse (con una previsión del 2,7% en 2024 e inferior al 2% en los dos años siguientes) y las subidas adicionales de tipos de interés parecen ya improbables (el Banco Central Europeo los mantuvo en el 4,5% en su última reunión).

Europa se está quedando atrás

A finales de los años 90 del siglo pasado la Unión Europea decidió profundizar su mercado único y al mismo tiempo crear el euro, con considerable éxito. Pero entonces competía con otras potencias y sus empresas se encontraban en la frontera tecnológica. Dos décadas y varias crisis después, las empresas de Estados Unidos lideran la tecnología mundial y las empresas europeas se están quedando atrás, tanto en inversión en capital como en investigación y desarrollo y productividad. Entre 1995 y 2007, el crecimiento del PIB por habitante en Estados Unidos fue muy superior al de la zona euro, y cuando llegó la crisis financiera de 2008 Europa había acumulado una pérdida de productividad del 20%.