
La inflación ha vuelto: desde hace meses tenemos aumentos de IPC cercanos a los dos dígitos en la gran mayoría del mundo desarrollado. Con ella han vuelto las tensiones sociales vinculadas a los procesos inflacionistas, y las preocupaciones sobre la dinámica de precios y salarios, problemas que teníamos felizmente arrumbados desde hacía más de una década (aunque sustituidos por otros, probablemente de más difícil solución, como desgranamos en la serie sobre estancamiento secular).









