Desde que se formuló hace ya casi diez años, la propuesta del contrato único ha generado enconados debates. Sus promotores, economistas académicos, han seguido puliendo sus contornos y tratando de evaluar sus posibles resultados, pero hasta ahora con insuficiente apoyo político y de los agentes sociales. Sin embargo, hay algunos síntomas de que la deliberación pública sobre los problemas del mercado de trabajo español podría desbordar las posiciones férreas a favor y en contra del contrato único. En su proposición de Ley para luchar contra la precariedad laboral registrada en el congreso este martes y presentada en un acto el pasado sábado, Ciudadanos ha incluido algo que sigue llamando contrato único, pero que en realidad es la supresión de los contratos temporales. ¿Aplaudirán los sindicatos y los partidos de izquierda?