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Los límites morales del mercado

Aunque con notables excepciones como Tony Atkinson o Jean Tirole, los economistas han tendido a defender un análisis económico supuestamente ausente de juicios de valor. Sin embargo, las consideraciones de tipo moral están empezando a ocupar un creciente peso en el análisis de política económica. En este sentido, es reseñable que en la reunión anual de la American Economic Association, probablemente la más relevante reunión de economistas –no solo por el número de asistentes, sino por el nivel de los participantes– se dedicara una sesión a la distribución dirigida por Matthew Weinzerl (Harvard), incluyendo consideraciones de carácter moral. No se trata de cuestionar la utilidad de los típicos análisis coste-beneficio, sino de reconocer que no deben representar la única base en la toma de decisiones.

Reformas fiscales, modelos y juicios de valor

El proyecto estrella de política económica de la Administración Trump es la reforma fiscal. Con estricta fidelidad a su estilo de comunicación, se la ha bautizado, antes incluso de nacer, recurriendo a la hipérbole: dramática, la mayor rebaja de impuestos de la historia, la clave para hacer América grande de nuevo… Aunque todavía estamos en los prolegómenos de un proceso legislativo que se prevé arduo, los debates iniciales ya ofrecen algunos ejemplos ilustrativos del uso del análisis económico aparentemente serio para fundamentar reformas de gran calado en la estructura tributaria.

Tony Atkinson nos deja una frontera más: recuperar para la economía su carácter de ciencia moral

El pasado 1 de enero murió Anthony B. Atkinson (Caerleon, RU, 1944 – 2017). El año ha empezado sin el padre del análisis de la desigualdad y uno de los arquitectos de la economía pública. Son áreas en las que este “ekanomista” trabajó durante casi medio siglo, en muchos casos, contracorriente (con un legado increíblemente prolífico de más de 350 artículos académicos y más de 40 libros), pero en las que llegó a ver cómo en los últimos años han pasado a formar parte de la corriente principal de análisis económico. Hoy en día, por ejemplo, el problema de la desigualdad ya es habitual en los análisis del FMI o la OCDE. Atkinson nos deja sin embargo una frontera adicional: recuperar el carácter de ciencia moral de la economía.