El CETA y las PYMEs: impacto comercial a nivel de empresa

CETA: de las expectativas a la realidad

El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la UE y Canadá (CETA) ha sido un acuerdo comercial muy visible y debatido en Europa. De hecho, sigue debatiéndose, como hemos visto con el reciente voto negativo en el Senado francés. Durante las negociaciones sobre sus posibles efectos, el CETA fue objeto tanto de esperanza (Kirkpatrick et al., 2011) como de crítica, entre otros aspectos, por su posible efecto negativo sobre las pequeñas empresas de la UE (Corporate Europe, 2016). Su impacto y, en general, el impacto de los acuerdos comerciales, ha sido ampliamente analizado. Sin embargo, dada la naturaleza integral de los TLC, sus efectos tienden a ser complejos y difíciles de cuantificar.

Aun así, existe una significativa evidencia empírica ex-post que indica que, en general, los TLC conducen a un aumento significativo de los flujos comerciales bilaterales. Según Baier y Bergstrand, 2007 (en uno de los estudios más citados en la literatura económica) en promedio los TLC duplican los flujos comerciales entre los países socios del acuerdo en diez años. Aunque investigaciones recientes han destacado que no todos los TLC son “iguales” en términos de efectos comerciales positivos (Diaz-Mora et al., 2023), la conclusión empírica general de que tienen un impacto positivo sobre los flujos comerciales sigue siendo sólida. La evolución del comercio entre la UE y Canadá tras la entrada en vigor del CETA parece estar en línea con estas predicciones teóricas. Según el Parlamento Europeo (2023), el comercio de bienes entre la UE y Canadá aumentó en un 53% entre 2017 y 2022, y el de servicios lo hizo en un 46%, siendo superior al aumento del comercio extra-UE en ese mismo periodo. En particular, las exportaciones de la UE a Canadá aumentaron un 47% en bienes y un 19% en servicios. Para algunos países de la UE como Bélgica, Alemania y los Países Bajos, el crecimiento de sus exportaciones a Canadá ha sido una de las principales fuerzas impulsoras del aumento general de las exportaciones de la UE.

Siendo evidente que la reducción de las barreras comerciales y el aumento de los flujos comerciales están entre los principales objetivos de los acuerdos comerciales, también es importante evaluar sus efectos estructurales en la demografía de las empresas y en la distribución del comercio en función de las diferentes características de las empresas. Si un TLC aumentara sólo las exportaciones de las grandes empresas pero redujera el número total de exportadores en perjuicio de las empresas más pequeñas, esto disminuiría los beneficios generales de la liberalización del comercio (por ejemplo, el aumento esperado de la competencia y la expansión de las oportunidades de negocio para muchas empresas comerciales).

El hecho de que el comercio internacional sea una actividad en la que las grandes empresas tienden a tener una fuerte participación no es novedoso (Bernard et al., 2007). Al mismo tiempo, a pesar de esta distribución sesgada del comercio, la fuerte participación de las PYMEs de la UE en el comercio mundial también está bien documentada (Cernat et al., 2014). Dada esta compleja interacción entre el tamaño de la empresa y su comportamiento exportador, esta entrada se centrará en un efecto distinto: ¿afectan los TLC al número de empresas exportadoras y a la participación de las PYMEs en el comercio?

Exploramos esta cuestión tomando el CETA como caso de estudio, dado que es uno de los TLC más ambiciosos concluidos e implementados por la UE durante un período de tiempo suficientemente largo como para detectar cualquier efecto tangible en el número de empresas exportadoras de la UE (distinguiendo por tamaño, nuestra principal variable de interés).

¿Qué pasó con el número de exportadores de la UE después de la entrada en vigor del CETA?

Para realizar esta evaluación, utilizamos estadísticas de comercio internacional que ofrecen información específica sobre el número de empresas de la UE que participan directamente en el comercio transfronterizo. En concreto, usamos la base de datos Trade by enterprise characteristics (TEC) de la OCDE, basada en estadísticas recopiladas por Eurostat y otros institutos nacionales de estadística. La TEC permite llevar a cabo este análisis al ofrecer datos anuales de comercio de bienes para el periodo 2008-2021 desglosados por diferentes categorías de empresas. Por desgracia, la disponibilidad de datos no es perfecta: para algunos países de la UE faltan algunos años y el dato más reciente (2021) no está disponible para todos los países. Por lo tanto, para algunos indicadores, nuestro conjunto de datos cubre solo un subconjunto de los Estados miembros de la UE y la cobertura temporal varía, proporcionándonos datos de un año antes de la entrada en vigor del CETA y de algunos años después. Con estas advertencias y limitaciones en mente, primero analizaremos el cambio relativo general en el número de empresas exportadoras de la UE a Canadá.

Tras la entrada en vigor del CETA, ha habido un aumento en el número de empresas de la UE que comercian con Canadá en relación con 2016 (el año anterior a su implementación). De 2016 a 2019, el número de empresas de la UE (sin incluir a Luxemburgo por falta de datos) que participaron en las exportaciones de bienes a Canadá pasó de 60,868 a 70,345. Esto supone un crecimiento del 15.6%, 10 puntos porcentuales superior al aumento en el número de empresas comunitarias que exportan al resto del mundo.

En la Figura 1 observamos que la mayoría de los países de la UE ha experimentado un aumento significativo en el número de empresas exportadoras a Canadá después del CETA y hasta 2019. Finlandia y Lituania son particularmente dinámicos (con incrementos por encima del 40%), seguidos de Malta, Rumanía y Francia (con aumentos que rondan el 30%) y de Grecia, Países Bajos, Eslovenia, Letonia e Italia (con aumentos también por encima de la media comunitaria). En España, el aumento ha sido del 14%, ligeramente inferior a la media. En términos absolutos, dos países (Francia e Italia) suman alrededor de la mitad de las empresas exportadoras adicionales de la UE a Canadá en ese periodo. El incremento es asimismo significativo en Alemania, los Países Bajos y España, donde el número de empresas que exportan a Canadá ha crecido en alrededor de mil empresas en cada uno de ellos en esos años. Únicamente cuatro países (Chequia, Hungría, Bélgica y Chipre) han reducido su número de empresas exportadoras a Canadá hasta 2019, según la información de la TEC.

La base de datos TEC también nos permite diferenciar por tamaño de las empresas que exportan a Canadá, si bien la información solo está disponible para un subconjunto de trece estados miembros de la UE (Austria, Bélgica, Chipre, Chequia, Dinamarca, Alemania, Lituania, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovenia y España). Como se puede ver en la Figura 2, mientras que tanto el número de pequeños como de grandes exportadores de la UE a Canadá ha aumentado después del CETA, el aumento relativo en el número de PYMES es sistemáticamente mayor que el aumento anual en el número de grandes empresas que exportan a Canadá, habiéndose ampliado la diferencia en 2020.

Esta tendencia positiva se refuerza con otras métricas. En números absolutos, el aumento entre 2016 y 2019 del número de empresas de la UE exportadoras a Canadá es bastante significativo: más de 3.500 PYMES adicionales (un 13% más) y alrededor de 450 grandes empresas adicionales (un 10% más). Estas tendencias sostenidas y positivas no serían significativas si estuvieran en línea con la evolución del número de exportadores de la UE al resto del mundo. Sin embargo, como indica la Figura 3, el aumento del número de PYMES de la UE que exportan a Canadá es considerablemente mayor (un 33% superior) que el que lo hace al resto del mundo entre 2016 y 2020. Atendiendo a las tasas de crecimiento anuales, este mayor aumento en el número de empresas exportadoras de la UE a Canadá en comparación con el aumento en el número de empresas exportadoras de la UE a países extra-UE tuvo lugar en los primeros dos años tras la entrada en vigor del CETA, siendo el crecimiento cuatro veces superior en 2018 y más que duplicándolo en 2019. Este diferente crecimiento en el número de PYMES exportadoras a Canadá y a países extra-UE es aún más evidente para España dado que el CETA parece haber propiciado que más PYMEs españolas vendan a Canadá (el incremento entre 2016 y 2019 similar a la media de la UE) mientras que el número de pequeños y medianos exportadores al conjunto de países no comunitarios ha permanecido bastante estancado en esos años.

Utilizando datos de aduanas de Canadá a nivel de empresa, pueden desglosarse cuales son las principales regiones de origen de las empresas exportadoras españolas a Canadá. La Figura 4 ofrece esta información, permitiendo observar cómo son las regiones mediterráneas, junto a Madrid, las que concentran la mitad de empresas exportadoras al mercado canadiense. Esta concentración geográfica sugiere que las producciones agrarias y agroalimentarias están siendo importantes en la exportación española a Canadá tras el CETA.

Conclusión: las tendencias post-CETA son alentadoras

Basándonos en estos nuevos e inexplorados indicadores comerciales a nivel de empresa, podemos derivar algunas conclusiones preliminares útiles sobre la evolución de las exportaciones de la UE tras la entrada en vigor del CETA. En primer lugar, la mayoría de los países de la UE muestran un aumento significativo en el número total de empresas exportadoras a Canadá (tanto pequeñas como grandes). Si bien en términos absolutos el mayor aumento en el número total de empresas exportadoras se encuentra en algunos grandes estados miembros de la UE, en términos relativos el mayor crecimiento en exportadores totales se encuentra en un conjunto diverso de estados miembros de la UE, tanto en términos de tamaño como de ubicación geográfica.

En segundo lugar, todos los estados miembros de la UE, excepto uno (Chequia), han experimentado un aumento en el número de PYMES que exportan a Canadá, contrariamente a las expectativas pesimistas de algunos implicados antes de la entrada en vigor del CETA. En tercer lugar, el aumento tanto absoluto como relativo en el número de PYMES de la UE exportadoras a Canadá ha sido mayor que dicho aumento en el número de grandes exportadores de la UE a Canadá.

Por último, al comparar estas tendencias con la evolución de los exportadores de la UE al resto del mundo, las tendencias post-CETA en el número de PYMES de la UE que exportan a Canadá son superiores, dejando abierta la posibilidad de que el CETA haya tenido un efecto positivo no solo en el valor total de las exportaciones de la UE a Canadá, sino también en la demografía de las empresas. La conclusión es simple: cuando se trata del CETA y el comportamiento de las exportaciones de la UE, ¡las PYMES son más importantes de lo que pensamos!

 


*Lucian Cernat es Jefe de Cooperación Regulatoria Global y Negociaciones de Adquisiciones en la DGTRADE (Comisión Europea). Las opiniones expresadas aquí son las del autor y no representan la posición oficial de la Comisión.
*Carmen Díaz-Mora es Catedrática de Economía Aplicada de la Universidad de Castilla-La Mancha.