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Cataluña y la «curva de la sonrisa»: sede empresarial y valor añadido

En 1976 un ingeniero electrónico taiwanés llamado Stan Shih montó, con ayuda de su mujer y unos amigos, una pequeña empresa de computadoras. La empresa comenzó a fabricar equipos de formación y clones de Apple para, a partir de 1987, especializarse en ordenadores personales, momento en el que pasó a llamarse Acer.

A mediados de los noventa –en plena ola globalizadora– Shih decidió analizar la rentabilidad de su compañía y se dio cuenta de que, a medida que se desarrollaba la tecnología informática, la rentabilidad que obtenía en el proceso básico de fabricación y ensamblaje era cada vez menor.