¿Debe preocuparnos la automatización?

La conversación económica de este otoño sigue marcada por la evaluación de los daños de la guerra comercial y la Brexitología. Pero hay otros debates que tratan de arrojar luz sobre la naturaleza e implicaciones normativas de las transformaciones que nos afectarán, más allá de las veleidades de repliegue nacional actuales. Una de las cuestiones más trascendentes es el impacto del cambio tecnológico de la robótica y la inteligencia artificial (IA) sobre el empleo, los salarios según el nivel de la cualificación y la desigualdad. A finales de septiembre se celebró en Toronto una conferencia del National Bureau of Economic Research (NBER) sobre Economía de la IA. Unos días antes, el Grupo de Trabajo del Massachusetts Institute of Technology (MIT) sobre el Trabajo del Futuro publicó un informe con los resultados preliminares de su investigación. Se trata de un buen avance de cuál es el marco de análisis y la evidencia en este estadio preliminar del proceso.

El continente africano como zona de libre comercio

Aunque muchos lo consideran un “sueño imposible”, hay algunas señales positivas sobre la construcción de una África unida desde el punto de vista comercial. En efecto, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio del Continente Africano (AfCFTA) o Zona de Libre Comercio (ZLEC) el 7 de julio de 2019 constituye un hito indiscutible en este continente, que hasta ahora estaba dividido en bloques regionales. Con la confirmación de la entrada en este proyecto de Nigeria, la mayor economía africana, la iniciativa cobra sin duda un mayor alcance.

“Brexit”, Temporada 3, Episodio 10

Al inicio de la tercera temporada de “Brexit”, una de las series más vistas de esta década, el personaje de Boris Johnson –que recordarán que traicionó a Cameron en la primera temporada y luego a May en la segunda– llegó finalmente al poder. Recuperó entonces como asesor a un personaje de la primera temporada, el siniestro Dominic Cummings, director de la campaña del “Leave” durante el referéndum y que, con tanta inteligencia como pocos escrúpulos, ha tenido un papel muy relevante en esta temporada que ahora toca a su fin.

El autobús del Brexit ha vuelto a pasar de largo

El Parlamento británico sintió vértigo y dio otra patada hacia adelante, obligando a Boris Johnson a pedir una tercera prórroga. La Ley Benn –aprobada justo antes de la suspensión del Parlamento– establece que, si el 19 de octubre el Parlamento no ha aprobado un Acuerdo de Salida, el primer ministro debe solicitar al Consejo Europeo una extensión, como mínimo hasta el 31 de enero de 2020. En el ánimo de los parlamentarios han pesado tres factores: la desconfianza, la incertidumbre, y la cobardía.

Y Boris vio la luz

En septiembre de 2017, poco más de un año después del referéndum del brexit, Michel Barnier presentó a Theresa May una propuesta de salvaguarda, es decir, un conjunto de medidas técnicas para evitar una frontera física en Irlanda –en cumplimiento de los Acuerdos de Viernes Santo–, cualquiera que fuera el modelo de relación definitiva entre el Reino Unido y la Unión Europea. Era específica para Irlanda del Norte, y exigía que esta permaneciese en el entorno regulatorio europeo en cuatro ámbitos: productos agroalimentarios, productos industriales, aranceles e IVA. Por supuesto, como Gran Bretaña –es decir, el resto del Reino Unido– mantendría su propio régimen regulatorio, arancelario y fiscal, era preciso además controlar el tráfico interior en el Mar de Irlanda (donde una frontera, cuando hay mar de por medio, se ve siempre natural). A eso añadió unas normas para evitar una carrera a la baja en normativa laboral o medioambiental, y la seguridad de que la salvaguarda permanecería en vigor hasta que fuera innecesaria, bien porque la relación con el Reino Unido fuera de elevada integración, o porque la tecnología lo permitiese.

Conflicto Airbus-Boeing: con Trump hemos topado

Tras el anuncio de la autorización de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para imponer medidas compensatorias a la UE por valor de 7.500 millones de dólares, el presidente Trump ha revindicado su idea de que Estados Unidos era injustamente tratado en sus relaciones comerciales, anotándose además el resultado de un proceso iniciado hace quince años, a raíz de una disputa entre Boeing y Airbus. Se trata del contencioso más largo en la historia de la OMC, y el que ha generado medidas compensatorias de mayor alcance. La instrumentación de estas medidas anunciada por la Administración Trump trasciende ampliamente el ámbito de la aviación civil y puede tener graves consecuencias para las relaciones entre la UE  y  EE.UU.

Cincuenta sombras de brexit

1) El referéndum de 2016 no era vinculante.

2) El referéndum no obligaba a notificar inmediatamente el artículo 50 que iniciaba el procedimiento de salida sin discutir antes internamente el modelo de brexit.

3) El gobierno británico se comprometió siempre a no establecer controles de ningún tipo en la frontera entre las dos Irlandas.

4) La necesidad de evitar una frontera en Irlanda es una cuestión puramente política.

5) La forma de evitar una frontera en Irlanda es una cuestión puramente técnica.