Hamilton y la última bala de la Unión Europea

En el excelente musical histórico “Hamilton” –compuesto y protagonizado por Lin-Manuel Miranda– el personaje principal, Alexander Hamilton, se pasa el tiempo insistiendo en que “no va a desperdiciar su bala”, es decir, que no va a desaprovechar su oportunidad de convertirse en uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Y lo consigue: como primer secretario del Tesoro estadounidense, logra convertir la confederación americana en una verdadera república federal al asumir la deuda de los estados. Pero años después, en 1804, con la República ya consolidada y tras una serie de desgracias personales, se ve obligado a batirse en duelo con el vicepresidente Aaron Burr. Burr era la antítesis de Hamilton: un político envidioso que, por miedo a cometer errores, jamás hizo nada relevante. En el duelo, Hamilton decide disparar al aire y desperdiciar su bala (esta vez, literalmente), lo que le cuesta la vida.

A vueltas con los convenios sectoriales (y II)

En la entrada anterior analizamos la cuestión del nivel de negociación de convenios desde el punto de vista económico, y analizamos el particular tipo de convenios sectoriales españoles desde esa óptica. Una aproximación complementaria puede partir de la experiencia en estos últimos nueve años con los convenios de empresa en nuestro país. Repasemos pues algunas críticas a los convenios de empresa en nuestro país y veamos qué evidencia existe sobre su impacto en la realidad económica española.

A vueltas con los convenios sectoriales (I)

La cuestión de los convenios colectivos sectoriales y su posible primacía frente a los de empresa viene siendo elemento importante en el debate político de los últimos años. Esta discusión, con menos impacto mediático quizá que la del salario mínimo, tiene sin embargo una importancia probablemente superior.

El Plan Biden: una iniciativa fiscal en la encrucijada de la política y la economía (y II)

En la entrada anterior veíamos los principales elementos del Plan de Biden. Tras ese repaso desde el punto de vista de la política económica, queda la visión de la economía política, esto es, de las relaciones de poder y entre distintos colectivos y contexto político general que han posibilitado este plan. Una aproximación como veremos, esencial para entender el plan. El análisis que sigue recoge la perspectiva de las élites demócratas que ocupan el gobierno, que es evidentemente el criterio político clave que explica la gestación y el particular diseño del plan.

Sin Big Data nunca habrá grandes políticas

En 1987 Robert Solow se quejaba de que la era de las computadoras se reflejaba en todas partes, salvo en las estadísticas de productividad. Hoy, parafraseándole, podríamos decir que la era del Big Data se refleja en todas partes, salvo en las políticas públicas.